Hoy nos apoyamos en el estudio del investigador granadino Fernando Mora, que asegura que el elemento esencial en el proceso de aprenizaje es la emoción. Sostiene que sólo se puede aprender aquello que se ama, que supone un reto para cada individuo, y la aceptación del recurso novedoso e interesante.
“Los niños hoy aprenden, desde muy pronto conceptos abstractos en habitaciones con ventanales sin mucha luz o luz artificial, con el rigor y la seriedad de maestros que no se aproximan a ese “juego” primitivo que generaba aprender y memorizar de lo sensorial directo, “con alegría”, base de la atención y el despertar de la curiosidad”
La atención, ventana del conocimiento, despierta cuando hay algo nuevo en el entorno. Ese ‘algo nuevo’ apela, como hace millones de años, a la supervivencia como último significado. Experiencias en el medio natural, y en un contexto familiar afianza una emoción compartida de superación y confianza.
Leyendo este artículo, nos empapamos de la crítica del doctor Mora, y valoramos la relevancia de la educación en los procesos de ocio; compartiendo el título de su artículo "Neuroeducación" y considerando imprescindible la implicación emocional en las actividades que desarrollamos en el día a día.
Foto: Sendero Montefrío-Cortegana, interpretación del medio, dinámicas grupales y mucho amor... Personas que nos educan, que nos conmueven y nos hacen replantear nuevas metas.
0 comentarios:
Publicar un comentario